miércoles, 1 de mayo de 2019

Es que me ha enseñado demasiado...

Como estudiante de danza clásica, el ballet me ha enseñado no solamente los nombres de pasos o coreografías, más allá de eso, me ha enseñado disciplina para aprenderlos, para realizarlos correctamente; me ha enseñado humildad, a entender que siempre podemos mejorar y que siempre habrá alguien que será mejor, a trabajar por ser mejor que mi misma y no mejor que otros, me ha enseñado a que la constancia es indispensable para lograr cualquier cosa que me proponga y a no darme por vencida cuando las cosas no funcionan a la primera vez o no salen como yo esperaba. Me ha enseñado que el fracaso es parte de la vida y aunque suene gracioso es de las cosas que más me pueden impulsar a mejorar. 

La danza me ha enseñado a que puedo expresar mis sentimientos, emociones, pensamientos y poder transmitirlos a otros. Me ha ayudado a crear lazos de amistad sanos con las demás personas, y a comprender y tolerar sobre todo, que no siempre puedo ser del agrado de todas las personas, ni siquiera la danza misma es de agrado para todos, ¿Cómo podría serlo yo? A saber, que esto no está mal, y que es parte de la vida y de crecer. 

La danza me ha acompañado en muchas etapas de mi vida, y puedo afirmar que te ayuda a formar un carácter, que no se consigue sin ella.
El ballet, te enseña respeto, ¿Cuándo es mi turno de pasar al frente y de bailar? Te enseña paciencia, y a poder admirar y disfrutar del talento y esfuerzo de otros; Aprendes a disfrutar cada momento, aprendes que con la danza, cada momento junto a ella es valioso, es irrepetible, y así mismo es la vida, si dejas ir un momento, por seguro que no se puede volver a repetir de la misma forma, por lo cual se disfruta tanto de cada pequeña y gran experiencia. 

Con la danza, logras enamorarte del camino, y no de la llegada o del premio; Se hacen parte de la experiencia y se valoran tanto los logros como los obstáculos.

Comprendes que sin responsabilidad, no vas a llegar a lado alguno, y que sin carácter y determinación, las cosas no tienen sentido alguno. Trabajas porque comprendes que la constancia te puede llevar más lejos de lo que soñabas, y que junto de la mano con cada uno de los obstáculos que se superan y transformando nuestras debilidades en fortalezas, ¡Se pueden lograr resultados maravillosos! 

Y ni hablar de la figura esbelta que se puede lograr con el ejercicio físico tan exigente que requiere el ballet, esa postura elegante, carisma y soltura que se desarrolla...

Y es que la danza me ha enseñado demasiado, por todo esto y mucho más, es una experiencia única el darle una oportunidad, tan solo una oportunidad a esta bella disciplina. Así como hay beneficios a corto plazo, los de largo plazo, son verdaderamente satisfactorios también, y vale la pena un esfuerzo que dejará marcas toda la vida...

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