miércoles, 1 de mayo de 2019

¡Nunca se deja de aprender!

¡Nunca se hace más fácil, solamente tú te haces mejor!

Manejar la técnica del ballet y conseguir un oído musical que permita bailar al compás de los tiempos de una melodía, no es algo que se consigue en un par de meses, esto lleva años y años de entrenamiento. Entre más temprana sea la edad de empezar las clases de ballet, menor será el tiempo para obtener buenos resultados.
Yo recuerdo que, en mi primera clase de ballet, iba con las expectativas de poder lograr hacer todos esos giros, saltos que hacían las niñas grandes, y no entendía que todo debía ser un proceso.

Para que mi cuerpo pudiera hacer un ¨escorpión¨, comencé con ejercicios tan simples como conseguir mi split (abertura de piernas), estirar la cadera, y tuve que ejercitar horas, horas y muchas más horas mi espalda, cuello y hombros, estirarlos y conseguir mucha fuerza para poder usar mi flexibilidad; muchísimos días amanecí con dolor en la espalda, cuello y hombros y aun así debía ir a clase.


Todas las habilidades que pueden parecer ¨asombrosas¨, comienzan con pasos tan simples que serán la base para ir mejorando. Pero ¿Qué pasa cuando ya conseguí una habilidad? ¿Se acabó todo ahí? Por supuesto que no, ese momento es solo el comienzo, para comenzar a incluir ese movimiento o pose en los bailes, fotos, y no dejar de practicarlo.
Cuando he tenido que faltar a las clases de danza algunas semanas por distintos motivos, me pasa que al volver siento que he perdido condición, tal vez no tanto, pero si siento la diferencia en mis flexibilidad, coordinación y memorización de los movimientos y en mi fuerza muscular.
La danza más allá de ser un tipo de expresión corporal, es ejercicio físico en su máxima expresión, son abdominales, ejercicios de piernas, brazos y abdomen con pesas, sentadillas, saltos, equilibrio en la punta de un pie, giros, resistencia y estamina.
Nunca se es perfecto, si ya puedo hacer 3 pirouettes (giros), voy a trabajar por conseguir las 4 pirouettes, y cuando lo logre, iré por 5, 6, 7, 8, 9, 10… ¡Siempre se puede ser mejor!
Si mi pierna sube hasta 90 grados, estirare todos los días para que suba hasta los 180 grados, luego de eso intentare mantenerla ahí sin agarrarla con mis manos, luego intentaré girar con mi pierna levantada, luego mantener balance en relevé (de puntitas), luego haré todo esto en punta…

Por eso algunos expertos afirman que, para llegar lejos en el ámbito profesional de la danza, se debe iniciar la práctica de este género de baile alrededor de los 3,4,5 o 6 años de edad, para comenzar aprendiendo lo básico, y así tener mucho tiempo para ir desarrollando con paciencia, habilidades que tiene un nivel de dificultad muy alto.
La vida es como la danza, hay que vivir al máximo mientras el telón esté abierto; en la vida como en la danza, nunca se debe dejar de aprender, ni de trabajar por ser una mejor versión de nosotros mismos.



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